En el sincretismo yoruba, especialmente en Cuba, San Lázaro es la figura católica asociada con el poderoso orisha Babalú Ayé, deidad de las enfermedades, la lepra, las epidemias y la curación, representando la transición entre la vida y la muerte, la miseria y la sanación, siendo venerado el 17 de diciembre con penitencias y promesas, a menudo arrastrándose por el suelo o cargando piedras.